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15 de noviembre de 2011

Perdoné errores casi imperdonables. Intenté sustituir personas insustituibles y olvidar personas inolvidables. Me decepcioné de personas que pensé nunca me decepcionarían. Sonreí cuando no podía. Hice amigos eternos. Lloré oyendo música y viendo fotos. Llamé solo para escuchar una voz. Pensé que me moría de tanta tristeza. ¡PERO SOBREVIVÍ! Y todavía sigo viva! Aprendí que a veces el que arriesga no pierde nada, y que perdiendo también se gana.

1 comentario:

  1. Felicitaciones por salir ilesa! El temor termina cuando nos damos cuenta que no vamos a morir por él :)

    http://barby-gs.blogspot.com

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